sábado, 31 de enero de 2015

El capital: razón histórica, sujeto revolucionario y concienc


El capital: razón histórica, sujeto revolucionario y conciencia

Imago Mundi Ediciones (2013)

Acerca del libro:

«Los filósofos no han hecho sino interpretar al mundo de diferentes maneras; de lo que se trata es de cambiarlo».
Karl Marx

¿Qué hacer? ¿El problema reside en no haber actuado después de interpretar al mundo, o el problema reside en la interpretación misma como base para organizar la acción transformadora? La teoría científica ha puesto en evidencia que toda representación teórica tiene su alcance limitado a ser una forma de concebir la realidad, una forma de interpretar al mundo. La acción humana consciente parece chocar, así, contra un límite absoluto al conocimiento de su propia necesidad. Este no es un abstracto problema epistemológico. Si el conocimiento científico estuviera condenado a detenerse en la interpretación, la transformación de la sociedad actual en una sociedad basada en la individualidad libremente consciente -el socialismo o comunismo- estaría condenada a la imposibilidad. Otra vez, ¿qué hacer? Sólo cabe enfrentar la cuestión del qué hacer mismo de manera radical. Esto es, a partir de enfrentarnos críticamente a las determinaciones de nuestra propia acción transformadora desde su raíz, desde la determinación de nuestro ser social, poniendo todo en duda.

Trabajo infantil y capital

Juan Iñigo Carrera

Imago Mundi Ediciones (2008)

Acerca del libro:

La teoría económica presenta una serie de aspectos de la vida social como otras tantas causas del trabajo infantil: la pobreza de la familia trabajadora, la falta de alternativas educativas, la insuficiente educación de los padres, la ausencia o corrupción del control estatal, el atraso técnico, la existencia de demanda por trabajo infantil, la baratura de la fuerza de trabajo infantil, la falta de acceso al crédito, los resabios culturales, la insuficiencia del salario adulto, las preferencias de la familia obrera, el egoísmo de los padres, la forma de la curva de oferta de trabajo, etc.
Frente a estas afirmaciones teóricas, la experiencia de quienes se enfrentan en la práctica con la erradicación del trabajo infantil suele decirles que, al atacar a una u otra de estas causas, no hacen sino atacar a un síntoma del mismo. Y suele decirles también que, aniquilado uno de esos síntomas, el trabajo infantil subsiste, teniendo como base ahora alguna de las causas que antes parecían secundarias o irrelevantes.
La teoría económica niega que las causas enumeradas encierren una unidad orgánica. Pero un enfoque crítico no puede dejar de hacerse la siguiente pregunta fundamental: ¿Cómo es que la sociedad actual está dispuesta a utilizar prematuramente la fuerza de trabajo infantil a expensas de destruir su normal desarrollo, con lo cual la priva de llegar a convertirse en la fuerza de trabajo productivamente madura que obviamente requiere la reproducción normal del proceso de vida de cualquier sociedad humana? El presente libro tiene por objeto investigar la unidad de las determinaciones del trabajo infantil, partiendo de las más generales hasta llegar a mostrar el modo con que ellas necesariamente se realizan en la realidad concreta.

La formación económica de la sociedad argentina. Volumen 1.

Juan Iñigo Carrera
Imago Mundi Ediciones (2007)

Acerca del libro:

La renta de la tierra ha jugado un papel central en el desarrollo histórico argentino. La naturaleza de este papel, su efecto sobre la magnitud y formas del proceso nacional de acumulación de capital, han sido objeto de numerosas discusiones. La cuestión de si la renta ha beneficiado exclusivamente a los terratenientes, o si éstos se han visto privados parcialmente de la misma en beneficio de otros sujetos sociales, ha sido una constante en la historia política argentina. Más aún, este enfrentamiento ha encerrado siempre la polémica acerca de cómo las formas tomadas por la apropiación de la renta han afectado a la capacidad de la economía nacional para generar riqueza. Con el boom de la soja, la devaluación del peso y la reaparición de las retenciones, ha rebrotado el debate.
Sin embargo, ninguno de los estudios existentes se funda sobre un cómputo integral de la renta de la tierra agraria y de sus cursos de apropiación en la unidad del proceso nacional de acumulación de capital. Ninguno cuenta en su base con un cómputo de la rentabilidad del capital industrial, puesta en relación con dichos cursos. Ni, mucho menos, relaciona estos cursos con el del endeudamiento público externo.
El presente volumen tiene un triple objetivo. En primer lugar, se expone la metodología desarrollada para estimar las distintas porciones de la renta de la tierra agraria y la tasa de ganancia del capital industrial. En segundo lugar, se presenta un conjunto de casi 250 series estadísticas elaboradas mayoritariamente para el período 1882-2004. Estas series constituyen tanto bases como resultados del cómputo de la renta agraria y de la ganancia industrial. Incluyen, además, otras estadísticas que resultan claves para el estudio de la especificidad de la acumulación de capital en la Argentina, en particular relativas al endeudamiento público externo. En tercer lugar, esencialmente a través de un curso que va desplegando la unidad de la información estadística elaborada, se sintetiza el eje que caracteriza a dicha especificidad.
Se trata, por lo tanto, de un primer volumen que sienta las bases para un despliegue pleno de las determinaciones propias de la formación económica de la sociedad argentina. Despliegue que no puede detenerse hasta ser capaz de reconocer la potencialidad histórica de dichas determinaciones bajo sus formas concretas de acciones políticas realizadas por los sujetos sociales.


Conocer el capital hoy. Usar críticamente El Capital.
Volumen 1

Juan Iñigo Carrera
Imago Mundi Ediciones (2007)

Acerca del libro:

¿Leer El Capital? ¿Será cuestión de interpretar el texto en su unidad? ¿Lograremos enfocarlo de manera objetiva si seguimos la indicación de buscar en él su «Lógica (con mayúscula)»? ¿Y si sacamos a El Capital de la condición de objeto de nuestra lectura y constituimos a nuestra necesidad de leerlo en el objeto del cual El Capital debe dar cuenta? En El Capital, Marx despliega por primera vez en la historia la reproducción en el pensamiento de la necesidad que determina la razón histórica de existir del modo de producción capitalista y a la acción de la clase obrera como la portadora de la superación revolucionaria del mismo en el desarrollo de la comunidad de los individuos libremente asociados; es decir, de los individuos capaces de regir su acción por conocer objetivamente sus propias determinaciones más allá de toda exterioridad aparente.
A partir de El Capital, toda reproducción en el pensamiento que avance sobre las determinaciones desplegadas en él, es un proceso de reconocimiento desde el punto de vista social. Pero no se trata de leer El Capital; ni siquiera de es­tu­­diarlo. Se trata, verdaderamente, de enfrentar por nosotros mismos a las formas reales del capital para conocerlas, con la potencia que ad­qui­rimos al disponer de la re­producción ideal de las mismas desarro­llada en El Capital.
El presente libro se desarrolla en dos secciones. La primera refleja el curso que va siguiendo el proceso de conocimiento del autor a medida que avanza sobre las formas concretas que enfrenta. La segunda refleja la naturaleza del proceso de reconocimiento desde el punto de vista social, donde la propia búsqueda analítica y posterior despliegue de la necesidad van mostrando cómo avanzan encontrando su guía en el conocimiento ya existente, en tanto se enfrentan al mismo concreto que éste.
El presente volumen constituye el primer paso en el desarrollo de la obra. Avanza sobre las determinaciones de la mercancía hasta reconocerla en su condición de forma más simple que toma la relación social general en el modo de producción capitalista. Lo cual equivale a decir que este primer paso avanza hasta reconocerse a sí mismo como expresión de la conciencia que se afirma en su libertad, no por negar abstractamente sus determinaciones, sino por conocer su necesidad en cuanto ésta la determina como una conciencia enajenada en las potencias sociales de su propio producto material.